El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es un día para recordar, y a la vez reivindicar, las luchas pasadas y presentes por la igualdad de género y el respeto a los derechos fundamentales de todas las personas, independientemente de su orientación o identidad. En RSTIC, nos unimos a la celebración del 8M con un compromiso firme: la lucha por un futuro libre de sesgos, especialmente en el ámbito laboral.
Este día nos invita a reflexionar sobre las desigualdades que enfrentan las mujeres en todos los aspectos de la vida, y en particular, en el trabajo. Para ello es esencial recordar el origen histórico de esta celebración. Nació por la organización de las mujeres trabajadoras del siglo XX que exigían el fin de la explotación laboral y reclamaban derechos básicos como un salario justo, el voto y el acceso a la educación superior.
A pesar de los avances logrados, las desigualdades de género en el ámbito laboral persisten. Las mujeres continúan ganando menos, ocupando menos puestos de liderazgo y enfrentándose a la discriminación y el acoso en el lugar de trabajo. El feminismo ha conseguido avances significativos, pero aún queda mucho por hacer. Necesitamos un cambio de mentalidad en nuestra sociedad para desafiar y romper con los sesgos arraigados en nuestro subconsciente. Y en esta lucha no podemos olvidar al colectivo trans, que si ya de por sí padece las desigualdades que el feminismo denuncia, estas se agravan aún más debido a la discriminación por el cuestionamiento de su identidad.
Es responsabilidad de cada uno de nosotros informarnos, revisarnos y desafiar estas estructuras obsoletas para avanzar hacia una igualdad real.
En este 8 de marzo, instamos a todas las empresas y organizaciones a comprometerse con la igualdad de género. Es hora de eliminar los obstáculos que impiden el pleno desarrollo y reconocimiento de las mujeres en el ámbito laboral. Solo juntas podemos construir un futuro donde el talento y el potencial de cada individuo se valoren independientemente de su género.